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Autoría: Ana Valdivia y Javier Sánchez M., miembros de AlgoRace

La reciente invasión de Rusia a Ucrania ha provocado un éxodo de personas refugiadas sin precedentes en el continente Europeo así como una oleada de medidas políticas y económicas de todo tipo. Entre ellas, España acaba de aprobar un sistema exprés exclusivo para refugiados ucranianos que garantiza la consecución del estatus de persona refugiada en 24h. Esta acción se enmarca con las directrices europeas de flexibilización de los registros y trámites de personas al cruzar las fronteras en situaciones excepcionales. Esta medida choca con la realidad de solicitantes de asilo procedentes de otras zonas del mundo que esperan meses y a veces más de un año para conseguir su estatus de refugiadas. Estas políticas dejan en entredicho una jerarquización de la persona refugiada según el lugar de origen, lo que conlleva a una flagrante vulneración de los derechos fundamentales. Durante este tiempo, las personas pueden optar a algunas ayudas generales que a menudo caducan antes de que los trámites terminen y además pasan a formar parte de EURODAC, la base de datos biométrica de solicitantes de asilo y migrantes en situación administrativa irregular compartida por los estados del Espacio Schengen.

EURODAC (por su nombre en inglés EUROpean asylum DACtyloscopic database)  determina qué país (estado miembro) es responsable de la demanda de asilo. Según dicha legislación, las autoridades fronterizas deben recoger las huellas dactilares de las personas migrantes, las cuales se agrupan en 3 categorías: Demandantes de asilo (Categoría 1), individuo que cruza una frontera de manera “irregular” (Categoría 2), individuo que permanece de manera “irregular” en un estado miembro (Categoría 3). Esta base de datos refuerza la Regulación de Dublín, una legislación europea que establece que los demandantes de asilo no pueden viajar dentro del espacio Schengen, sino que deben permanecer en el primer país de su llegada, el cual será responsable de su solicitud de asilo. Entre estas categorías, las categorías 2 y 3 imponen un estado de ilegalidad inmediata a una persona mientras que la Categoría 1 puede crear de facto cuerpos ilegales si una persona se mueve a un segundo estado miembro a través de medios “irregulares” y/o solicita asilo en un país diferente al que se registró en su entrada en Europa. 

Por ejemplo, si una persona cruza mediante cualquier medio la frontera sur europea y/o solicita asilo en Europa,, las autoridades fronterizas deberán pedir su huella dactilar la cual será almacenada en EURODAC. Si esta persona decide viajar a Francia y es interceptada cruzando la frontera, las autoridades fronterizas francesas buscarán su huella dactilar en esta base de datos mediante algoritmos biométricos que analizan la similitud entre su huella dactilar y los millones de huellas que se encuentran en dicha base de datos. En el caso que el algoritmo sentencie que existe una huella lo suficientemente similar, EURODAC mostrará qué país es responsable de su demanda de asilo y las autoridades francesas podrán deportar de vuelta a España.

Estos métodos de control se justifican para evitar que las personas demandantes de asilo soliciten el estatus de refugiadas en más de un país a la vez en lo que se denomina como “compra de asilo” (“asylum shopping” en inglés), etiquetando a cualquier migrante como sospechoso por defecto. Más allá de las justificaciones, esta combinación de medios tecnológicos y políticos ha creado lo que se ha definido como una “subclase global inmovilizada” pero también como “ilegalizada”, que se ha convertido a la vez en la razón y objetivo de estos sistemas de vigilancia intensiva. 

Volviendo a la situación de solicitantes de asilo en España, antes de la invasión rusa había 111.740 personas registradas en la Categoría 1 de EURODAC en espera de evaluación con un retraso medio de 17,5 meses. Cada una de estas personas no puede viajar a otro país europeo, salvo excepciones como las reunificaciones familiares, y si se encuentra en alguno de estos países, gracias a sus huellas dactilares, serán devueltas a España. Dado que el plazo medio de resolución de solicitudes supera al tiempo de las ayudas temporales, estas personas quedan atrapadas en las bases de datos biométricas en un país que no les presta ayuda pero del que no pueden salir salvo para abandonar Europa. 

EURODAC lleva en el punto de mira de las organizaciones de derechos humanos y derechos digitales desde hace años ya que está siendo una herramienta efectiva a la hora de deportar refugiados y migrantes desde países del norte de Europa al sur (típicamente a España, Italia y Grecia). Esto no sólo restringe las oportunidades de estas personas de búsqueda de empleo atrapándolas en los países con más paro de la UE, sino que está suponiendo un grave obstáculo para la reunificación familiar, sin olvidar la imposición de estatus de ilegalidad global a la que nos referíamos. 

Para las personas refugiadas no originarias de Ucrania, y también para centenares de miles de migrantes de otros países, esta gobernanza a través de datos representa un modelo de seguridad que se basa en controlar y restringir la migración ilegalizada, centrado en las poblaciones de migrantes política y racialmente indeseables dentro de Europa y que sólo parecen generar alertas cuando suponen un obstáculo a la acogida de refugiados ucranianos. Aunque no de todas y todos los refugiados ucranianos. El Pueblo Gitano enfrenta una fuerte discriminación que se suma a la denegación y dificultación sistemática de su salida de Ucrania, en otra demostración más del antigitanismo europeo.  Estas tecnologías biométricas no hacen más que implementar una agenda que perpetúa prácticas coloniales de control de fronteras. A través de la identificación biométrica, la interoperabilidad entre bases de datos de migración y asilo, y a una vigilancia intensiva las fronteras se hacen omnipresentes.